LAS OPORTUNIDADES POLÍTICAS DE LOS DIÁLOGOS DE LA HABANA PARA EL PUEBLO AFRO/NEGRO

Por OP. COCOCAUCA

 

Los diálogos FARC – GOBIERNO han puesto en el escenario nacional la terminación del conflicto social y armado como uno de las piezas hacia la construcción de la paz en Colombia, que después de agosto de 2012 y una vez culminada la fase exploratoria definieron el “acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”.

En los acuerdos plantearon una Agenda con 6 puntos, el primero relacionado con la “Política de desarrollo agrario integral” cordón umbilical del nacimiento del conflicto social y armado desde la década del 50, pero tema de alta envergadura para nuestra población interétnica e intercultural.

En sintonía con las negociaciones bilaterales en la Habana, se definió la participación de la sociedad civil de ciudadan@s y organizaciones a través un mecanismo de recepción de propuestas por medios físicos o electrónicos, con la intermediación de la Universidad nacional y Naciones Unidas.

En consecuencia con esos procedimientos acordados se realizó en Bogotá de 17 a 19 de diciembre de 2012 el “Foro de Política de Desarrollo Agrario Integral (Enfoque Territorial)” que contó con la participación de los diferentes sectores poblacionales del país y las diversas expresiones organizativas, sociales y populares.

En el evento el pueblo Afro/Negro se conformó en una mesa étnica, donde se consensuaron  posiciones frente al reto histórico que se vive, ya que no existe en el país afro/negro un espacio propio que permita la reflexión y toma de decisiones como actor político con identidad (lo más aproximado como espacio de articulación es la Mesa nacional de organizaciones afrocolombianas).

En el espacio propio de nuestra mesa en el foro, los participantes con principios mínimos de identidad política e ideológica (se deduce con base en las posiciones planteadas) definieron el apoyo al proceso de negociación de la Habana, pero ratificando que la vocería la tienen nuestros procesos organizativos con Agenda propia.

Se referencia que la Agenda propia Afro/negra plateado en el Foro agrario está soportada a partir de la cosmovisión como pueblo y el sustento de la territorialidad como espacio para el ejercicio y recreación de nuestra existencia étnico – cultural.

Por tanto el territorio para nuestra etnia es un tema altamente sensible ya que en su conjunto planteamos que es la encarnación de la vida donde convergen la gente, la armonía, la conciencia y la pertenencia en su máxima dimensión. De allí se desprende que sea el territorio el espacio activamente utilizado para satisfacer las necesidades de la comunidad.

Precisamente en el primer punto que discute Gobierno y  FARC- EP en la Habana para la terminación del Conflicto social y armado, plantean la búsqueda de un modelo consensuado en torno a la tierra y el territorio, donde confluyan comunidades campesinas, indígenas y afro/negras.

Esos acuerdos han estado centrado en una mirada en torno a las declaratorias de ZRC (zonas de reservas campesinas) que existen constitucionalmente, pero que había estado relegado en la normatividad de la década del 90 y ahora toma vigencia con una mirada amplia e interesante. Por su parte el gobierno colombiano tratando de contraponer la ZRC plantea la ZRE (Zona de reserva especial) que no está en la normatividad nacional, y cuyo enfoque le apunta a mantener el modelo vigente con mínimos cambios.

En juego está la visión del Poder local a partir de las Zonas de Reservas, que busca autonomía Campesina pero que incomoda al Ministro de agricultura Juan Camilo Restrepo (por eso les llamó Republiquetas), pero que aplicado de manera seria y responsable genera cambios o remezón histórico para la territorialidad nacional.

Independiente de cual sea la decisión tomada en la negociación bilateral con acuerdos intermedios para zanjar las diferencias, de todas maneras es inminente que haya afectaciones sobre los territorios colectivos de los grupos étnicos indígenas y Afro/Negros. Las afectaciones están relacionadas en los traslapes que se puedan presentar, las visiones y enfoques que existen.

Por ejemplo, en la población Afro/Negra “Concebimos el territorio como una integralidad de aspectos físicos, espirituales, simbólicos y ancestrales, y este abarca el suelo, el paisaje, los manglares, los ríos, las quebradas, el mar, el subsuelo, el aire, humedales, y los lugares de prácticas ancestrales” (extractado de documento: POSICIONAMIENTOS DE LA POBLACIÓN AFRO/NEGRA AL FORO ‘’POLÍTICA DE DESARROLLO AGRARIO INTEGRAL ENFOQUE TERRITORIAL, Bogotá 18 de diciembre de 2012)

En el caso de la población indígena el tema de la autonomía territorial tiene su asiento en los Resguardos que cuenta con transferencias del estado colombiano; a diferencia de las comunidades Afro/negras cuyos Consejos comunitarios no cuentan con ningún tipo de transferencia estructural presupuestal desde todos los ámbitos del gobierno nacional y del estado en su conjunto (a pesar de ser entidad territorial de hecho), lo que reafirma la condición del racismo estructural.

Es la oportunidad histórica y coyuntural que tenemos como pueblo Afro/Negro para que nos expresemos como sujetos políticos de forma organizada, en aras de lograr mayores avances hacia la autonomía territorial tanto con partidas presupuestales y en su declaratoria de entidad territorial legislativa.  En tal orden se necesita que sumemos los Guetos en Colombia, pero articulado y consensuado en torno a los elementos centrados en la cosmovisión y la territorialidad.

Las vanidades y el afán de protagonismos deben quedar en reposo y por el contrario unirnos en pro de avanzar por la defensa de la Autonomía territorial como entidades territoriales Afro/negras. Nuestra capacidad movilizadora debe presionar por el respeto de nuestros derechos a una visión de etnodesarrollo acorde con nuestra identidad y cultura, que nos permita el vivir bien como el buen vivir, y que se refrende en las políticas de estado, pero reflejado con sus correspondientes partidas presupuestales para impulsar nuestra visión.

Acciones dispersas por cada una de las organizaciones en sus Guetos, solo nos marginará de un hecho histórico importante cuyas consecuencias serán funestas para la población Afro/Negra en Colombia.

La negociación de la Habana avanza de forma rápida y acelerada, mientras nos diluimos en vocerías nacionales Afro/Negra, que se reúnen con el Gobierno nacional a resolver aspectos particulares (tal como el proceso de 10 y 11 de enero de 2013). Esas vocerías hicieron planteamientos interesantes de contenido, pero ese contenido pierde vigencia cuando las cosas no son claras (ya que nadie es gancho ciego), por consiguiente su esquema se cayó por ser de corte personalista o grupalista.

El papel que debe asumir en la actualidad la población Afro/Negra, de retomar los procesos de movilización social con gente dispuesta a elevar el perfil de nuestras  organizaciones como sujetos políticos en la esfera nacional. Ya que la negociación bilateral de la Habana es un momento histórico, pero también una gran oportunidad que debemos aprovechar para posicionar nuestras justas reivindicaciones y reactivar el movimiento social Afro/Negro.

No somos parte de uno de los bandos en la negociación bilateral de la Habana, y cometeríamos un error si alguna organización nuestra estuviera (respetaríamos la decisión), pero somos un actor político en Colombia con una dispersión de fuerzas y muchas fortalezas. Si esta fuerza del movimiento social Afro/Negro actúa de forma articulada, podemos incidir de forma positiva con nuestra propia agenda étnica y de seguro retomaremos el rumbo que nos trazaron nuestros ancestros.

El escenario de la Habana no se puede relegar a un segundo plano, debe ser tema importante de nuestras agendas, ya que está cruzando la vida y la actuación de muchas cosas con repercusiones futuras, recordemos que el fin es “alcanzar un Acuerdo Final para la terminación del conflicto que contribuya a la construcción de la paz estable y duradera”. Estamos en la orilla como sociedad civil por la Paz haciendo los llamados para que no se levanten de la mesa, pero también debemos participar activamente en todos los llamados como población civil para que no se afecten nuestros avances, y por el contrario logremos incidir de forma positiva para nuestras apuestas.

Por eso fue acertado lo que hicimos cuando nos reunimos los procesos organizativos reunidos como Mesa diferencial en el Foro Agrario de diciembre de 2012, cuando manifestamos “que los acuerdos emanados en la mesa de negociaciones se discutan con las comunidades y el movimiento social amplio” pero también que no fueran en detrimento de las conquistas del pueblo Afro/Negro como la ley 70, la titulación colectiva, el gobierno propio en el territorio, entre otras; pero también que ese proceso pactado en la Habana beneficiara la vida de los millones de afrocolombianos y afrocolombianas que habitan el territorio nacional.

Recordemos que hay un proceso de negociación en la Habana cuya primera fase se llamó “encuentro exploratorio” de 23 de febrero a 26 de agosto de 2012; la segunda se inició en octubre de 2012 como “fase de Acuerdos” en la cual se encuentran en estos momentos, luego se pasaría a la tercera fase en la cual se contempla la refrendación de los Acuerdos finales, y en este escenario vuelve a estar la definición estratégica de nuestra población Afro/Negra, que además tiene amparo en la consulta previa, libre e informada.

Por su parte la sociedad civil y demás fuerzas vivas del país se aprestan a la conformación del Consejo Nacional de Paz (CNP), y por ende habrá un representante de nuestra etnia en el espacio, quienes cumplen papel de asesor al gobierno nacional en los ámbitos de la competencia.

Esta coyuntura nos obliga a actuar bajo acuerdos estratégicos como grupo étnico con amplia y abierta participación del movimientos Afro/Negro en su conjunto, en cuyo reto histórico estamos obligados a confrontar los Guetos desarticulados, y asumir posiciones consecuente con el momento histórico. Pero también tenemos que apostar por la exigibilidad al estado en su conjunto y al gobierno de forma particular, a que brinde las garantías políticas y económicas para que podamos definir nuestra representación, construir la Ruta, e implementarla.

Por consiguiente si actuamos de conjunto con nuestros procesos organizativos de comunidades Afro/Negras, lograremos que la negociación bilateral de la Habana sea una oportunidad política. De esta negociación se esperan resultados que podrán favorecer a nuestros derechos étnicos y territoriales, la autonomía, y una real participación como sujeto político.

Las cartas están echadas, la miopía nos está comiendo, y por eso requerimos encontrarnos pero en una embarcación donde todas y todos nos sintamos seguros.

Guapi – costa pacífica de Cauca.

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