(Cali, 5 de junio de 2015)
Durante la última semana, Colombia y el mundo han conocido a través de los medios de comunicación y por parte de organizaciones sociales del Pacífico, el recrudecimiento del conflicto que se vive en Colombia a raíz de la ruptura del cese unilateral al fuego, por parte de la guerrilla de las FARC-EP, como respuesta a los bombardeos de la fuerza pública colombiana en Guapi (Cauca) el 21 de mayo de 2015, donde murieron 27 guerrilleros. Esta situación ha agudizado el rigor de la guerra sobre los pueblos del Pacífico, que se ha manifestado en hechos como las explosiones de artefactos en lugares de habitación de población civil, enfrentamientos, confinamientos, desplazamientos masivos, derrumbamiento de torres eléctricas, suspensión de clases y disminución de faenas productivas por parte de las comunidades.
Igualmente se presentan señalamientos a líderes, amenazas, desapariciones, uso de la población civil en el conflicto como informantes y asesinatos que afectan hasta el momento a las comunidades de Tumaco, Guapi, López de Micay y Buenaventura. Expresamos nuestra solidaridad con las víctimas de estos últimos acontecimientos.
La tranquilidad parcial sentida desde diciembre de 2014, fecha en la cual las FARC-EP declararon la tregua unilateral, se vio rota con las acciones bélicas de los actores del conflicto y una profunda zozobra se siente entre los habitantes del Pacífico que en ocasiones callan para proteger la vida, aunque no se esté de acuerdo con dichos acontecimientos.
La situación actual está generando crisis humanitaria sin la debida protección y atención a la comunidad por parte del Estado. Celebramos el acuerdo del gobierno y la FARC-EP, en constituir una comisión de la verdad, por lo que hacemos el llamado no generar nuevas víctimas en este conflicto. De igual manera instamos a los actores del conflicto no involucrar a la población civil; al Gobierno colombiano y las FARC-EP a hacer un cese al fuego bilateral ya, y no levantarse de la mesa de negociaciones hasta tanto no se firme un acuerdo. Al Estado en su conjunto reiteramos estar atento para proteger y atender a las comunidades en estos momentos difíciles, a los organismos de derechos humanos nacionales e internacionales verificar lo que realmente ocurre en el Pacífico, y finalmente, a la comunidad internacional estar hacer seguimiento a las partes en conflicto, para evitar una mayor crisis de la que ya se vive en el Pacífico colombiano.
Coordinación Regional del Pacífico Colombiano Territorio y Vida