
En aras de reivindicar la importante labor que cumplen los médicos tradicionales ancestrales, recuperar y fortalecer mecanismos culturales de cuidado y protección colectiva y construir un plan de armonización para la sanación integral de las víctimas del conflicto armado, se llevó a cabo el segundo encuentro de médicos tradicionales ancestrales de la costa pacífica del Cauca en la comunidad de Noanamito, López de Micay.
El pasado 25, 26 y 27 de junio los médicos tradicionales ancestrales del litoral Pacífico caucano se concentraron en la comunidad Noanamito en el Municipio de López de Micay, con el fin de construir un plan de armonización del cuerpo, el alma y el espíritu para la sanación de víctimas del conflicto armado que no han sanado las secuelas de la guerra. Hoy por hoy, desarrollan diversas enfermedades experimentado impactos traumáticos, nerviosismo, estrés, presión alta, artritis, migraña, espanto, entre otras enfermedades que han sido producto de los episodios vividos causando pérdidas irreparables, difíciles de sobreponer. Es por ello que los médicos tradicionales ancestrales vienen desarrollando actividades de fortalecimiento de sus prácticas, compartiendo saberes y conocimientos para incidir en este panorama de afectación generalizada a los pobladores de este recóndito territorio. A través de la implementación de un plan de armonización brindarán herramientas que les permitirá la capacidad de resiliencia, la sanación física, psicológica y espiritual.
Es de rescatar la sabiduría de los médicos tradicionales ancestrales de esta parte del Pacífico colombiano que continúan desarrollando esta práctica milenaria haciendo que persista, salvando vidas en sus territorios donde la presencia del Estado es casi nula y la atención de la medicina convencional es esporádica. Son ellos los que brindan la atención primaria en sus comunidades, fortalecen las prácticas tradicionales ancestrales e inciden en la preservación de los valores culturales desde una visión étnica territorial, desde su propia cosmovisión.
En los próximos meses los médicos tradicionales ancestrales brindarán atención a las víctimas o personas que sientan estas enfermedades, producto de las secuelas tras los sucesos ocurridos; nerviosismo, estrés, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad, dificultad para concentrarse, ira, migraña, hipervigilancia, presión arterial. Estas, y otras enfermedades, son sanadas por los sabios.
Foto: Médico Francisco Torres de la comunidad de Joanico, Consejo Comunitario del Río Guajuí, tiene muchos secretos.
Sin dudas, la guerra en Colombia ha dejado muchos traumatismos. Según el Registro Único de Víctimas (RUV, 1 de junio de 2018) 8.346.422 personas son víctimas del conflicto armado, pero sólo 6.689.284 son sujetos de atención. En la costa pacífica del Cauca de 32.718 víctimas registradas 27.400 son sujetos de atención.
La pregunta es, ¿qué pasa con las personas que no son sujetos de atención, porque el Estado no puede o no quiere atenderlas, o porque oficialmente no son reconocidas como víctimas?
La medicina tradicional, practicada por los pobladores de la costa pacífica, recurre a conocimientos ancestrales que muchas veces son estigmatizados como “brujería” o “charlatanería”. Voces que hablan así no sólo prescinden el enfoque diferencial, es decir la cultura y la identidad del paciente, también subestiman el gran potencial sanador inherentes a estas prácticas ancestrales.
Por ende, a través de la iniciativa “Armonización de Víctimas para vivir la Paz en la Costa Pacífica del Cauca”, financiada por el Fondo Vivir la Paz de la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), COCOCAUCA invita a las víctimas del conflicto armado iniciar el proceso de sanación integral del cuerpo, el alma y el espíritu con los sabios ancestrales certificados.
Porque viven – y siguen sanando.
Foto portada: Las manos curanderas de Marciano Castro de la comunidad El Carmelo, Consejo Comunitario del Río Guajuí, miden y curan espanto con esta herramienta tradicional.