AFROMITU:»RETOMEMOS LOS DIÁLOGOS PORQUE SOMOS SOCIEDAD CIVIL, SABEMOS QUE LA PALABRA ES MÁS POTENTE QUE UN FUSIL»

Desde el Pacífico y Suroccidente para toda Colombia se lanzó ayer, 10 de septiembre, el Pacto por la Vida y la Paz. Lo cual suscribieron organizaciones étnicoterritoriales, sectores sociales y de la Iglesia, diferentes instituciones públicas y artistas.

«Colombia diferente
Colombia resistente
Señor Presidente
Están matando nuestra gente
«

(AfroMiTu, Respeto a la vida)

«Respeto a la vida» por AfroMitu

COCOCAUCA: Estas cuatro líneas del grupo tumaqueño AfroMiTu que ayer, junto al Pacto por la Vida y la Paz, lanzó su nueva canción «Respeto a la vida» resume toda la motivación y necesidad de un cambio urgente en la realidad política y social de este país: el sueño de una Colombia más incluyente, territorios que siguen resistiendo la violencia, un gobierno representado por un presidente títere que busca todo menos el diálogo, y la cruel realidad de más de 55 masacres (de los que tenemos conocimiento) en lo que va del año 2020. Las cifras están incrementando con los más recientes asesinatos, los jóvenes de Soacha y los civiles que murieron ayer a manos de la Policía Nacional, que intenta suprimir las protestas contra la brutalidad policial que se están presentando en todo el país. A esto se suma todo lo no documentado: las amenazas, intimidaciones, asesinatos, cuerpos flotando en los ríos, secuestros y desapariciones que no tienen cifra exacta, porque pocos de los que lo viven a diario lo quieren contar y arriesgar la propia vida. Urge un pacto que nos acerca nuevamente a la dignidad humana.

«No tengo hijos para que los mate una guerra
No soy mujer para llorar en una guerra
No soy joven para sudar en una guerra
Y no me formo para guiar una guerra.
«

(Memoria Urbana, Un Pacto)

«Un pacto» por Memoria Urbana

Nohelia Campo, Consejera Mayor del CRIC (uno de los procesos más afectados por la violencia) ayer puso la necesidad del Pacto por la Vida y la Paz así:

«Constatamos, consternados e indignados las siguientes realidades:

1. Hay obstrucción y débil implementación integral del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto Armado y la Construcción de Paz estable y duradera que se refleja en los precarios avances del mismo, en la desprotección de los firmantes de la Paz, las comunidades y el liderazgo social; lo constatan las cifras de centenares de asesinatos y agresiones, luego de la firma del mencionado acuerdo.

2. Los territorios y comunidades que vivieron unos meses de mayor tranquilidad al comienzo de la implementación del Acuerdo de Paz en los últimos dos años y medio han visto como estos mismos territorios han sido retomados por la guerrilla del ELN, disidencias de las antiguas Farc-EP, otros grupos armados no estatales, grupos procedentes del paramilitarismo, en algunos casos en convivencia con la Fuerza Pública, lo que ha incrementado y agudizado la crisis humanitaria, agravada por la actual Pandemia.

3. Hay un clamor no escuchado de estas comunidades y de diversos actores del país, para que se desmilitarice la mentalidad y los territorios, a fin de completar la Paz, mediante procesos de diálogo, que permitan una solución política al interminable conflicto armado.

4. El incremento de la pobreza, exclusión social, reordenamiento y desalojo en los territorios, la corrupción, la desinstitucionalización de la democracia, el recorte de derechos, el insuficiente cumplimiento gubernamental de acuerdos sociales y la disminución de garantías para la movilización social.

5. La violencia se ha ensañado con mayor rigor contra los liderazgos sociales, jóvenes y mujeres, con la cual se ha agudizado una crisis de sentido de la vida ante una falta de una perspectiva o un futuro.»

Los que suscribimos y lanzamos el Pacto por la Vida y la Paz aún no hemos entregado el sueño de una Colombia diferente, una Colombia más digna y más respetuosa con las vidas. Este anhelo lo expresaron también los delegados de diferentes organizaciones y sectores en el lanzamiento; este anhelo además se expresó en los comentarios que acompañaron el evento virtual, y lo reafirmaron artistas como AfroMiTu, Memoria Urbana, Choquibtown y César López con sus canciones.

«Volveré a callar
Volveré a llorar
Volverá a indignarme esta realidad.»

(César López, Hasta que amemos la vida)

«Hasta que amemos la vida» por César López

El obispo de Quibdó, Monseñor Juan Carlos Barreto, extendió la invitación a suscribirse al Pacto por la Vida y la Paz a todos los sectores sociales, académicos y empresariales: «Es muy necesario que nos involucremos todos y todas en este proceso.» Además destacó la importancia que la solución al conflicto armado sea negociada con mayor compromiso por parte del Estado y la institucionalidad.

Y estos son los mandatos del Pacto por la Vida y la Paz:

1. Implementación integral del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz estable y duradera, con participación social vinculante.

2. Atendiendo el llamado de Naciones Unidas, mediante la Resolución 2532 de 2020 y del Papa Francisco para que se declare un cese al fuego, se convoca a todos los actores armados, Fuerza Pública e ilegales, a realizar un cese al fuego humanitario de carácter multilateral o unilateral simultáneo. El propósito es garantizar alivios humanitarios a las comunidades.

3. Suscribir un Acuerdo Humanitario Global para acatar, respetar y poner en práctica los principios básicos del Derecho Internacional Humanitario para que se detenga el reclutamiento de menores, el secuestro, la ocupación de lugares de uso comunitario, la restricción a las comunidades al acceso a alimentos, movilidad y medicamentos; y se respete el principio de distinción, el patrimonio étnico y cultural, entre otras acciones.

4. Suscribir acuerdos humanitarios territoriales que respeten la autonomía de los pueblos indígenas, afrocolombianos y campesinos, como punto de partida para avanzar en un futuro acuerdo de paz nacional completo y definitivo.

5. Realizar misiones humanitarias a distintas zonas del Pacífico, Suroccidente y otras regiones del país.

6. Ratificar la imperiosa necesidad de superar el conflicto armado, reafirmar la prioridad del diálogo y la civilidad, el respeto a la vida, a la movilización ciudadana y a la autonomía de las comunidades.

7. Reiterar al Gobierno que valore la solución negociada al conflicto armado, retome el diálogo con el ELN e inicie acercamientos con otros grupos armados. Esperamos de estos actores armados acciones y gestos que expresen la voluntad de paz.

8. Establecer seguimiento y control a las Fuerzas Armadas para que en su totalidad actúen con transparencia en el marco de la legalidad, del respeto a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario.

9. Construir un plan anticorrupción elaborado y aplicado por los órganos de control, con participación de las comunidades y veedurías.

10. Avanzar de manera efectiva en el cumplimiento de los acuerdos sociales, suscritos entre las comunidades, organizaciones sociales y el Estado colombiano.

11. Consensuar un Plan Estructural sobre la aplicación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales que resuelva la crisis humanitaria y socioeconómica en los territorios.

12. Convocar con especial énfasis, en territorios urbanos, étnicos y campesinos, a nuestras juventudes, hombres y mujeres, para que sean protagonistas de este Pacto para construir y proteger sus oportunidades de vida y de desarrollo humano integral.

13. Insistir a la comunidad internacional para que persista en el acompañamiento al cumplimiento integral del Acuerdo de Paz, del derecho a la paz, de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, tanto por parte del Estado como de los grupos armados ilegales.

El Pacto por la Vida y la Paz: una necesidad urgente

Como cientos de organizaciones y personas naturales COCOCAUCA también suscribió el Pacto por la Vida y la Paz:

«El Pacto por la Vida y la Paz para Guapi, para Timbiqui para López es una necesidad urgente» está convencido Orlando Pantoja, Palenquero Mayor de COCOCAUCA. «Hay que implementarlo sobre la base de unos acuerdos muy concretos, relacionados con la liberación del territorio. Implica por supuesto todo el tema de los diálogos humanitarios para poder avanzar en acuerdos de respeto a la vida, y por ende nos permitan ejercer nuestras acciones como grupo étnico en el territorio.»

Según Orlando Pantoja unos posibles acuerdos humanitarios para la costa pacífica del Cauca podrían ser: que actores legales e ilegales respeten a las autoridades étnicas, como también lo son los médicos tradicionales; que cesen los asesinatos, enfrentamientos y el reclutamiento de menores en los territorios colectivos, y que se respete a las mujeres, su vida, integridad y dignidad.

Este lanzamiento del Pacto por la Vida y la Paz es una invitación abierta, tal como lo plantean los seis jóvenes AfroMitu en su canción: «Retomemos los diálogos porque somos sociedad civil, sabemos que la palabra es más potente que un fusil.» Seguimos creyendo en eso y en el respeto y lo sagrado que es la vida. Algo que en Colombia se tiene que pactar para que valga, parece.

Suscríbete

Foto

Imagen de la entrada: AfroMitu en el video «Respeto a la vida».

Transmisión completa del lanzamiento del Pacto por la Vida y la Paz, 10 de septiembre de 2020.